Es cierto que al inicio entramos con un nerviosismo tan grande que cuando impartimos nuestra primera clase, temblamos, tartamudeamos, dudamos de lo que estamos haciendo y lo único que conseguimos es la pérdida de credibilidad en nuestros alumnos. Aunado a lo anterior, la mayoría de nosotros fuimos educados bajo una serie de lineamientos que inconscientemente queremos aplicar a nuestros alumnos por que creemos que si funcionaron con nosotros también con ellos funcionará.
Nadie nace siendo docente y nos formamos a través de nuestras experiencias, pero también, muchos de los resultados a obtener dependen de la actitud con la que nosotros enfrentemos las situaciones que se nos presenten en el camino de la docencia. Como lo menciona la lectura, tenemos dos opciones: una de ellas impartir de la manera tradicional nuestras materias y propiciar una clase aburrida y de poco interés en los alumnos o bien crear inquietudes, retos relacionando el conocimiento con situaciones reales propiciando ahora el deseo de aprender y conocer más cosas, desarrollando conciencia, creatividad, liderazgo y responsabilidad en los alumnos.
La mayoría de nosotros tenemos la preparación en ingenierías, licenciaturas en administración entre otros, pero ninguno somos licenciado en ciencias de la educación o docencia, lo que nos pone en desventaja, tenemos el conocimiento pero carecemos de la metodología y método de enseñanza.
Los docentes somos mediadores entre el alumno y el conocimiento, entonces usemos el mismo lenguaje de los jóvenes para transmitirlo, cuando planeemos nuestras clases hagámonos las preguntas: ¿Si yo fuera estudiante, cómo me gustaría que me impartieran las clases?, ¿Cómo quiero que el maestro me evalúe la materia? . Creo que el ser empático con nuestros jóvenes nos hará entender y transmitir de manera fluida y eficaz
La desventaja que Usted menciona debe de ser un área de oportunidad para todos, a que dominamos el are de preparación de cada uno de nosotros, e decir, tenemos aun mas ventajas.
ResponderEliminarHasta pronto.